
¿Es necesario tener siempre objetivos?
Quizás no, pero tener objetivos es signo de estar conectada/o contigo, de tener aspiraciones, de estar motivada/o e ilusionada/o con algo. Por eso, a mi me encanta cada final de año plantearme nuevos objetivos y revisar como ha sido este año para mi. Siento que la energía de estar época del año así me lo pide; eso no significa que no se pueda hacer en otro momento o que tu puedas elegir el tuyo propio. De hecho, como curiosidad, te cuento que yo este año he empezado antes a implementar algún objetivo que ya tenía claro y justo el día que estoy escribiendo esto, me he enterado de que es solsticio y a nivel astrológico y energético es el momento ideal para hacerlo, más que el momento que marca el calendario occidental. Será casualidad, pero como decía, lo importante es hacerlo cuando sientas la suficiente energía y ganas para llevarlo a cabo.
Así que aquí estoy para aportarte de un modo práctico, muy en mi estilo, ideas y recursos para que si a ti también te apetece plantearte objetivos, lo puedas hacer de una forma distinta, desde la escucha y tratando de cumplir con ellos de una vez por todas.
Hay varios métodos creados para la consecución de objetivos, yo te voy a contar dos de los más conocidos y me gustaría que cogieras de cada uno de ellos aquello que a ti te sirva. Luego pasaré a explicarte como lo hago yo.
Métodos
Método SMART
George T. Doran fue el creador de este método, él postuló que los objetivos deben ser específicos, medibles, alcanzables, relevantes y detallados en tiempo. De hecho SMART, son las siglas en inglés de estas palabras. Aquí se supone que debería detallarte cada una de estas características, pero hay mil artículos gratuitos hablando extensamente ya sobre este método. Resumiéndolo mucho y en mis palabras, se trata de simplificar y concretar cada objetivo para hacerte fácil el conseguirlo. Importante también revisarlo para poder ir comprobando si lo estás consiguiendo cada X tiempo, cosa que muchas veces olvidamos hacer.
Método GROW
Las siglas en este caso significan: Objetivo, Realidad, Opciones y Acción. Este método viene del coaching y se enfoca especialmente en explorar la Realidad y avanzar a partir de ella. Es decir, contempla todas las variables de tu contexto para poder a partir de ellas ir adecuando cada uno de los objetivos. Por ejemplo, si yo quiero estudiar inglés pero no tengo un horario fijo, no puedo pretender apuntarme a clases convencionales, pero sí buscar una academia flexible o estudiarlo por mi cuenta. Y ahí entrarían las Opciones; según este método debes anotar todas y cada una de las posibles para luego elegir pasar a la Acción con la que más se adecue. Además, el hecho de tener más opciones anotadas, podría luego permitirme flexibilizar y cambiar de opción si el contexto cambia en los próximos meses.
Cómo lo hago yo…
Y ahora vamos a la parte en la que expongo mi propia forma de hacerlo destacando lo que yo considero más relevante y que a mi me funciona mejor hasta la fecha.
Para mi, una de las mayores claves para que un objetivo se cumpla es por supuesto, que esté bien planteado. Y además es que es donde más solemos fallar. Y cada vez que fallamos nos decimos: “volveré a intentarlo (igual)” o peor aún: “no soy capaz, qué mal, abandono”. Pero pocas veces nos hacemos preguntas constructivas, como: “¿qué ha fallado?” o “¿cómo puedo planteármelo de forma más fácil para sí o sí poder conseguirlo?”
Así que vamos a centrarnos en como definir estos objetivos. Para empezar, te dejo una frase que leí hace unos años y siempre en estas fechas viene a mi mente: La mayoría de las personas sobrestiman lo que pueden hacer en un año y subestiman lo que pueden hacer en diez. Creo que es de Bill Gates.
Y ahora sí, vamos a empezar.
Lo primero es agradecer lo que tienes hoy, lo que sí has conseguido este último año. Si no eres capaz de disfrutar de lo que tienes hoy, ¿Por qué crees que mañana será distinto? Ves entrenando esa capacidad porque sino corres el riesgo de nunca sentirte satisfecha/o y estar siempre enfocado en el futuro esperando un hito que aunque llegue no sabrás disfrutar. Una buena forma de hacerlo es tener un cuaderno de gratitud.
Lo ideal para formular objetivos es que puedas guardarte una mañana o tarde enteras para escribir, conectar con lo que quieres y revisar mes a mes qué cosas de este año quieres mantener o potenciar. Busca o mejor dicho, crea un momento de calma para ti.
Ahora vamos a darnos un espacio de reflexión. Esto es vital, para tus sueños y también para tu autoestima. Coge la lista de propósitos del año pasado (si es que la tienes) y comprueba cuáles has conseguido y cuáles no.
Respecto a los primeros: felicítate por ellos, recompénsate, celébralos, cuéntaselo a gente cercana, siente el orgullo. Es la forma de disfrutarlos, fortalecer tu autoestima y de empoderarte para poder sentir capaz de seguir a por más.
Respecto a los segundos… pregúntate en primer lugar si todavía quieres esos objetivos, a veces nos empeñamos en conseguir cosas que ahora mismo no son prioritarias para nosotras/os solo porque lo fueron algún día. Por ejemplo, yo el año pasado me pude plantear ahorrar para reformar mi baño y este año pensar que necesito más otra cosa y que no me compensa gastar el dinero en eso o simplemente no puedo permitírmelo. Con los que sí quieras mantener, hazte las dos preguntas que te he planteado en el apartado anterior y reformula los objetivos teniendo en cuenta los métodos explicados anteriormente. Y recuerda, “Nuestra mayor debilidad radica en renunciar. La forma más segura de tener éxito es siempre intentarlo sólo una vez más.” Thomas Alva Edison. Eso sí, es super importante como decía el reformularlos, no insistamos en dejarlos tal cuál, porque sería como caer dos veces con la misma piedra…
Nuevos objetivos
Algo que a mi personalmente me gusta es hacer ejercicios de escritura terapéutica los días antes de definir objetivos. Por ejemplo, cartas a mi misma, escribir listas de necesidades o mejoras personales, hacer un visionboard…
Y de cara a plantear nuevos objetivos, te recomiendo mucho que primero utilices alguna técnica de relajación primero. Podrían valer solo unas cuantas respiraciones profundas cerrando los ojos. Ahora visualízate a largo plazo, en 5 años por ejemplo. ¿Hay algo que te motive especialmente? ¿Cómo sería un día ideal en tu vida (horario, trabajo, relaciones, actividades…) Bien, ¿qué pasos necesitas para llegar ahí? Divide esos pasos a lo largo de los siguientes años, incluido éste. Ya tienes tu/s primero/s objetivos.
A raíz de la visualización anterior y conectando con tus ilusiones actuales, haz una lista general de deseos. Pueden ser cosas tan etéreas como: tener mi casa, ser rica, mejorar a nivel laboral… Déjate soñar. Porque sí, los objetivos deben venir desde el deseo, desde la ilusión; no desde la exigencia. Si no hay una base de ilusión, no se sostendrán a medio/largo plazo.
Ahora trata de seleccionar como máximo entre 7 de estos deseos (obviamente la cantidad dependerá también de los difíciles que son de conseguir) y conviértelos en objetivos usando las claves que te he compartido antes con los métodos SMART, GROW. Al hacerlo, piensa también que empezar a hacer algo nuevo consume tiempo también. Y digo esto, porque probablemente introducir un hábito implique renunciar o quitar tiempo a otra cosa. Y esto, aunque sea obvio, a veces se nos olvida.
A continuación, coge cada objetivo y ordénalos según tus prioridades y circunstancias. Tus objetivos, además, deben ser coherentes con tus valores. Por ejemplo, si eres una persona que prioriza su vida social, si te pones un objetivo que implique renunciar a hacer vida social te costará más de cumplir. Así que si decides ponerlo, trata de que no sea muy extremo o sea por poco tiempo.
Otra cosa importante es revisar siempre si se puede dividir en pasos aún más pequeños, cuanto más pequeño es un objetivo más fácil y rápido lo alcanzamos. Se trata de hacérnoslo fácil para asegurarnos llegar, es como ir a paso corto, pero firme y a buen ritmo. Si es que ya lo decía Aristóteles “Somos lo que repetidamente hacemos. La excelencia, entonces, no es un acto, sino un hábito.” Y los hábitos necesitan tiempo y esfuerzo hasta que se consolidan. Además, tienen que ser cosas que puedas sostener incluso en los días malos, porque los habrá.
Y hablando de tiempo, ahora es el momento de coger la agenda o el calendario que uses. Toca colocar cada objetivo en la fecha donde vas a empezar cada uno de ellos. Puedes empezar asignando fechas solo a los primeros de momento. Esto es super importante, porque uno de los mayores errores, es tratar de empezar con todos ellos el mismo día, el día 1, el lunes… Esto es un grave error, más que nada porque como decíamos, cada nuevo hábito requiere un esfuerzo. Si tenemos tantos de golpe, nos abrumaremos y nuestra mente acabará boicoteándonos y buscando excusas porque se saturará.
¿Cómo me facilito el mantener la motivación en el tiempo?
Hay personas a las que les funciona muy bien ponerse post-its recordatorio con frases o mensajes positivos. Eso sí, si lo haces, elige bien frases que a ti te sirvan y motiven. No sirve de nada leer o repetirte frases que no sientes en algún sentido, no es necesario que te las creas al 100%, pero sí que sientas algo con ellas. Si no hay emoción, no hay motivación.
Celebrar cada logro es importante para creértelo, para motivarte y para sentirte capaz para seguir. Si te saltas este paso, en algún momento, cuando estés cansada/o o cuando la motivación decaiga, abandonarás. Además, los logros ayudan a interiorizar ese cambio como cierto y a darle una connotación positiva. Hasta que no se interiorizan, los cambios son vistos por tu mente como algo nuevo y por tanto, potencialmente peligroso, la novedad asusta. Por eso cuesta tanto expandir la zona de confort; así que tenlo en cuenta.
Una vez empiezas a llevar a cabo un nuevo objetivo, espera unos días a incorporar otro. Al menos hasta que sientas que ese hábito empieza a ser fácil para ti. Cuando sientas que está asumido y más o menos automatizado, será el momento de celebrarlo y de pasar al siguiente. ¡A por ello!
Yo me hago dos listas de objetivos en realidad
Algo que incorporé el año pasado y que me ha encantado, ha sido una lista de objetivos solo de autocuidado para mi. Podríamos decir que es como una lista que te asegurará estar lo suficientemente bien para poder cumplir los objetivos que has puesto en la primera lista.
Todo empezó porque me dejé una hoja de la agenda para anotar actividades de autocuidado y cada mes he estado asegurándome de que realizaba algunas de ellas. Os pongo ejemplos: no trabajar más de X horas, hacer yoga, ver a mis amigas un mínimo de X veces, tener unas horas del fin de semana solo para no hacer nada, cocinar comida rica y sana los domingos para la semana… En la lista original, habían algunos objetivos relacionados con esto o casi repetidos, pero aquí centré todos los que me hacían sentir cuidada por mi misma. Y estoy segura de que sin esto, me hubiera costado cumplir con muchos de mis objetivos.
También puede ayudarte hacer una lista de micro-objetivos que no tengan que ver con los principales. Podrían estar basados en los deseos de la lista inicial que no hayas convertido en esos como máximo 7 objetivos. Es decir, puede ser cosas que te ilusionan, pero no son prioritarias, un ejemplo para mi este año sería intentar sacar más episodios del podcast, pero solo si veo que tengo la energía y el tiempo para eso. O cocinar más. Esta lista de micro objetivos siempre es a parte de los pequeños objetivos o pasos en los que como ya hemos dicho es necesario dividir los principales.
Algo que suele funcionar y es hasta divertido hacer, es proponerte un día a la semana por ejemplo, o 3 horas al día, actuar como si ya hubieras conseguido ese objetivo. El “actuar como si” hace que la mente lo interiorice como cierto y sea más fácil lograrlo de verdad. Esto no puede aplicarse a todos los objetivos, pero pruébalo para alguno y me cuentas qué tal en los comentarios, si quieres. Otra cosa importante y relacionado con esto, es ayudarte de la postura corporal para llevar a cabo un objetivo. Por ejemplo, es algo que está de sobras demostrado que hay posturas que denotan mayor seguridad (espalda erguida, cuerpo relajado, mirada al frente…) Hacerlas, puede ayudarte a sentirte más segura/o y capaz para afrontar un objetivo.
Y acabo con esta frase. En este caso mía. “Un objetivo cumplido no deja de ser el resultado de buenas micro decisiones.” Trata de concentrarte más en las soluciones que en los problemas. Y no te olvides de potenciar tu autoestima durante el proceso celebrando cada pequeño paso.
Por mi parte ya solo desearte que este artículo te sirva para marcarte objetivos que te ayuden a ser feliz, sea lo que signifique la felicidad para ti. Esta definición de felicidad por ejemplo, a mi me parece maravillosa: «Creo que la clave para la felicidad es alguien a amar, algo a hacer y algo con que ilusionarse.» Elvis Presley.
Deja una respuesta