Cómo sacarle el máximo beneficio a la escritura terapéutica

Cómo sacarle el máximo beneficio a la escritura terapéutica

La escritura ha sido un refugio para mi muchas veces. Me ha permitido evadirme de la realidad, fantasear y descargar pesos que yo sola no podía sostener. Empecé a escribir de forma natural, no recuerdo que nadie me animara a ello especialmente, pero siempre me ha gustado más escribir que dibujar.

Y ahora soy psicóloga. Ahora sé que existe la escritura terapéutica y os podéis imaginar que es una herramienta que utilizo también mucho con mis pacientes. Por supuesto, siempre en la medida que a ellos les guste y les sirva usarla. Hoy quiero hablarte acerca de los beneficios que tiene y también acerca de como te puedes beneficiar aún más de ella.

Para empezar, estos son los múltiples beneficios que puede proporcionarnos la escritura terapéutica cuando no estamos bien:

  1. Permite nombrar aquello que nos ocurre
  2. Permite darle un espacio y un lugar
  3. Nos ayuda a exteriorizar el malestar
  4. Nos facilita ordenar y conectar pensamientos conscientes e inconscientes.
  5. Invita a tomar perspectiva sobre un problema o situación complicada
  6. Gracias a ella tomamos consciencia de lo que realmente nos importa/preocupa
  7. Nos ayuda a detener pensamientos en bucle.

Ahora, voy a exponer los beneficios que nos ofrece la escritura cuando sí estamos bien anímicamente:

  1. Nos ayuda a conocernos mejor
  2. Refuerza nuestra autoestima
  3. Permita darnos cuenta de lo que realmente queremos
  4. Potencia la creatividad
  5. Te conecta con tu mundo emocional
  6. Le ofrece un espacio de expresión íntimo a tu sensibilidad
  7. Te ayuda a tomar mejores decisiones
  8. Gracias a ella podrás reforzar y recordar los momentos bonitos

Pero, ¿cómo le saco el máximo provecho? Te cuento cómo potenciar aún más todos estos beneficios:

Busca un espacio cómodo para ti que te permita escribir con calma. Puedes ayudarte creando un ambiente bonito con música sin letra de fondo, una velita, luz adecuada… Yo te recomiendo también que tengas una libreta o una carpeta donde agrupar todos tus escritos. Recuerda que escribes para ti. Antes de empezar deja a un lado la exigencia y el perfeccionismo. La escritura es un momento para ti, para estar contigo de una forma especial e íntima. No necesitas demostrarle nada a nadie, tampoco a ti misma/o.

Empieza a escribir sin pensar demasiado. Yo muchas veces, cuando no sé qué escribir empiezo escribiendo: “No sé que escribir”, tal cuál. De ahí puedes seguir escribiendo sobre como te sientes, qué te apetece hacer, qué es aquello que te hace ser tu misma… La escritura siempre te lleva a conectar con ideas más profundas, con inconsciente. Te ayuda a dar forma a lo que piensas y a lo que sientes. Por tanto, tómatelo como un momento de ser tu, de fluir, de indagar, de jugar incluso. A mi me sirve mucho por ejemplo ponerme a escribir sobre porqué soy como soy, qué es aquello que me ayuda a conectar con mi esencia, con lo que me hace sonreír y sentirme viva. Si hay algún malestar de fondo te ayudará a que aflore, a ventilar emociones y a soltar. Si ese día estás conectada/o con sensaciones bonitas, escribir se va a convertir en un auténtico regalo, en un espacio de creación y juego.

A mi por ejemplo, ahora también me gusta mucho escribir historias que empiezo sin saber como acabarán. De hecho, muchas han quedado inacabadas, lo confieso. Pero no importa, porque no las escribí desde un: “quiero publicarlas” sino que más bien lo hice desde un: “voy a escribir un rato a ver qué sale”. Y algo salió, quizás en el texto no se aprecia, pero salió un rato para mi, salió un rato de explorar creatividad, de proyectar en los personajes cosas mías, de sentirme capaz de crear, de fantasear con mi mente….

Otra cosa importante es no parar de escribir hasta llevar como como mínimo una página entera. Se suele decir que en las primeras 10 líneas de un escrito nunca hay nada bueno…. En realidad lo de las 10 páginas es un decir, pero sí ocurre que hasta que no nos dejamos fluir un rato no emergen las ideas realmente profundas, esas que te hacen darte cuenta de verdad de cosas. Así que ten paciencia contigo misma/o y ponte un mínimo antes de desistir.

No hay una hora mejor que otra para escribir. Considero que es algo muy personal y que además a veces no se escribe cuando quieres, sino cuando puedes. Lo que sí es importante es que no lo hagas justo antes de irte a dormir, ya que, como te comentaba, es posible que la escritura remueva emociones, pensamientos… Así que si te apetece o necesitas hacerlo a última hora del día, busca una actividad para hacer inmediatamente después que te ayude a despejarte. Por ejemplo, un ratito de meditación, ejercicio ligero, ver una película, hablar con alguien. Sobre todo, por supuesto, si sientes que ese rato de escritura te ha dejado algo removida/o, más que nada para facilitarte que concilies el sueño.

Y por último, en cuanto a si escribir con ordenador o a mano. Respuesta rápida: como te sientas más cómoda/o y vayas a fluir más. Sí es cierto que mi sensación es que al escribir de forma manual conectas más esencia, infancia e inconsciente. Pero que yo sepa no hay ningún estudio al respecto y si hay diferencia estoy segura de que no será mucha. Es mejor que la elección venga desde lo que a ti te ayude a escribir mejor.

Y por último, te dejo tres ideas sencillas de ejercicios de escritura terapéutica pero que pueden darte mucho juego si te permites fluir por ellas:

  1. Quien soy yo
  2. Carta a mi misma dándome las gracias por…
  3. Lo más importante para mi en la vida es…

Gracias por haberme leído. Hoy no ha sido un artículo basado en referencias bibliográficas, sino más bien en mi propia experiencia tanto personal como profesional. Y quizás en un estilo más informal. Dime en comentarios si te gusta este estilo de blog o si prefieres otro estilo, otros temas. Te leo, gracias.

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Silvia Pueo - Psicóloga y Humana
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