Home / depresion / O… «¿Cómo puede tener depresión si se le ve bien?»

O… «¿Cómo puede tener depresión si se le ve bien?»

O… «¿Cómo puede tener depresión si se le ve bien?»

Muchas personas hemos llegado a tener sintomatología depresiva en algún momento. Es más, a veces se entremezcla con sintomatología ansiosa. Pero hoy me voy a centrar sobre todo en la depresiva.


Y no hablo de estar triste, estar triste no es estar deprimido. Hablo de todos los síntomas, si me lo permites peores que la tristeza. Síntomas como apatía, anhedonia, cansancio, dificultad para concentrarte o hacer nada que requiera cierto esfuerzo, cambios en la alimentación, tener ganas de aislarte, no sentirte capaz de hablar con gente… y me dejo muchos, pero quería poner algunos de los más importantes porque a día de hoy sigo escuchando cosas como:

«No está deprimido, yo no lo veo triste, nunca llora… ¿cómo va a tener depresión?» O peor aún, la que introduce este artículo: “Si no tiene motivos para estar deprimido…” Y te prometo que se me ponen los pelos de punta al escuchar estas frases por el gran desconocimiento que esconden.

Por eso me he decidido a escribir este artículo donde voy a traerte respuesta para este tipo de comentarios. Para empezar, quiero hablarte de lo que los profesionales llamamos depresión encubierta o enmascarada. Se trata de un tipo de depresión en la que aparentemente no hay indicios de tristeza, malestar o gran apatía. Es decir, que si no hay un conocimiento y evaluación exhaustiva de la persona, la depresión pasará desapercibida por su entorno. Este tipo de depresiones son bastante frecuentes y a veces pueden ser incluso más dañinas a pesar de ver a la persona aparentemente mejor. ¿Por qué? Pues sobre todo porque se suele tardar más en pedir ayuda y por tanto hay más riesgo de que se vayan cronificando.


Piensa que la forma en la que se manifiesta una depresión en alguien depende de varios factores; uno de los más importantes es su personalidad previa (en clínica le llamamos personalidad premórbida por si has escuchado el concepto). Pogamos un ejemplo; una persona muy evitativa y que tiende a no mostrar vulnerabilidad, será mucho más probable que pueda desarrollar una depresión enmascarada. Y a veces, hay tanta represión y rechazo a la propia vulnerabilidad que ni siquiera la persona deprimida sentirá tristeza como tal (al menos de forma consciente) porque la emoción que da la cara en su lugar en estos casos suele ser más bien el enfado. De hecho, te dejo aquí un enlace a un episodio de Un lugar para escucharTE donde explico porqué reprimir emociones no es sano. Las personas que enmascaran la tristeza con rabia, a medida que van apareciendo los síntomas depresivos, se mostrarán malhumoradas constantemente, irritables y siempre a la defensiva. Es común que en su entorno las describan como personas que están siempre enfadadas y que cada vez tienden a aislarse más reduciendo planes sociales y actividades propias. En cambio, nadie en su entorno te dirá que se las ve tristes.


En las depresiones enmascaradas también se incluyen aquellas personas que lejos de mostrar apatía, hacen aparentemente muchas cosas. Pueden ser personas que no paran de trabajar y a las que desde fuera se las ve «bien». Es solo en la intimidad cuando esas personas se hunden y sienten un gran vacío interiro. De hecho, por eso aumentan su actividad, para no tener tiempo de pensar y conectar con el malestar. Además, es muy común que en estos perfiles haya abuso de algunas sustancias; siendo el alcohol una de las más frecuentes. Realmente el uso de sustancias (no solo en depresión) suele ser también un mecanismo para evitar sentir emociones desagradables, camuflar síntomas y poder así “seguir adelante” como si no pasara nada. También son muy comunes las somatizaciones en este tipo de perfiles: tener dolor de cabeza crónico o desajustes digestivos, picores en la piel, taquicardias…

Dicho todo esto, quiero aclarar primero qué es realmente una depresión y porque no existen motivos más o menos válidos para sufrirla. No estarás más deprimido si lo que te ocurre es objetivamente peor que lo que le ocurre a otra persona. De hecho, hay personas a las que les suceden cosas muy duras en la vida y no padecen depresión. En cambio, hay otras que viven una vida con condiciones de bienestar aceptables y sí cumplen criterios diagnósticos de depresión.


Hago aqui un paréntesis para aclarar qué es esto de los criterios diagnósticos. Los profesionales de salud mental para poder efectuar un diagnóstico nos basamos en criterios establecidos de forma unánime. Los más utilizados son los del Manual de diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM), cuya última versión revisada es la 5-TR. Te lo dejo referenciado por si quieres buscarlo: American Psychiatric Association. (2022). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (5.ª ed., texto revisado; DSM-5-TR; L. A. Diez, trad.). Editorial Médica Panamericana. Dentro de este manual están los criterios para cada una de las distintas formas de sintomatología depresiva: trastorno depresivo mayor, distimia, trastorno depresivo inducido por sustancias, por condiciones médicas…

Pero aquí te voy a copiar tal cual los del trastorno depresivo mayor para que te hagas una idea y veas que no es tan sencillo de diagnosticar ni tiene que ver solo con si la persona está triste o no…

Para diagnosticar un episodio depresivo mayor, deben cumplirse los criterios siguientes:

A. Cinco (o más) de los siguientes síntomas deben estar presentes durante el mismo período de 2 semanas, y representar un cambio respecto al funcionamiento previo. Al menos uno de los síntomas debe ser el (1) o el (2):
-Estado de ánimo deprimido la mayor parte del día, casi todos los días (puede manifestarse como tristeza, vacío o desesperanza; en niños y adolescentes puede ser irritabilidad).
-Disminución importante del interés o placer por todas o casi todas las actividades, la mayor parte del día, casi todos los días (anhedonia).
-Pérdida o aumento significativo de peso sin hacer dieta, o cambio en el apetito (más del 5 % del peso corporal en un mes).
-Insomnio o hipersomnia casi todos los días.
-Agitación o enlentecimiento psicomotor observables por otros (no solo sensación subjetiva).
-Fatiga o pérdida de energía casi todos los días.
-Sentimientos de inutilidad o culpa excesiva/inapropiada casi todos los días (no sólo autorreproches por estar enfermo).
-Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o para tomar decisiones, casi todos los días.
-Pensamientos recurrentes de muerte, ideas suicidas sin un plan específico, intento de suicidio o un plan específico para cometer suicidio.

B. Los síntomas provocan malestar clínicamente significativo o deterioro en áreas importantes del funcionamiento (social, laboral, personal…)


C. El episodio no se debe a los efectos fisiológicos de una sustancia o una condición médica general.

Para acabar, quiero realmente contestar a porqué no es justo ni tiene ningún sentido la frase: “No tiene motivos para estar deprimido”.


Hay muchos factores que influyen en el hecho de que un cerebro desarrolle un desajuste en sus neurotransmisores que acaban dando pie a toda esta sintomatología depresiva. Y no me malinterpretes con esto porque no es que sea un desajuste químico y tu «no puedas hacer nada». A estas alturas probablemente ya sabrás que cada cosa que haces afecta a todo tu cuerpo. Por ejemplo a las hormonas que tu cuerpo segrega (variarán según tu alimentación, sueño..) o como se modulan los neurotransmisores en tu cerebro (por ejemplo, si tomo el sol, paseo y socializo segregaré más serotonina). Tu conducta y tus pensamientos modulan el funcionamiento de tu cuerpo a nivel físico. De hecho, hay ya multitud de estudios que revelan cambios incluso estructurales en el cerebro después de hacer terapia. Y estoy simplificando mucho este tema porque esto es solo un artículo de un blog, pero quiero que se entienda.

Para irnos realmente a esas causas de la depresión y darnos cuenta de lo absurda que suena la frase “Tener motivos para tener depresión” quiero dejar claro que para llegar a padecer depresión hay muchos factores que influirán en que tu cerebro se vaya desajustando. Nunca un único suceso sin la interacción con más factores predisponentes hará que desarrolles depresión. De hecho ni siquiera hay un suceso desagradable que se relacione directamente con la sintomatología depresiva; sino que son otros factores los que te han llevado a padecer estos síntomas. Te iba a poner algunos de los factores más importantes que están implicados en una depresión para que veas que tener depresión no va de motivos, sino de ese interacción entre multitud de variables. Pero para que te sea más útil he decidido que te los voy a poner en positivo. Es decir, aquellas cosas que puedes tener en cuenta para no tener depresión.


O dicho de forma más profesional; cuáles son los factores protectores de la depresión:
• Mantener un mínimo de movimiento
• Mantener un mínimo de contacto social
• Sentir que tienes personas cerca que te apoyan a nivel emocional.
• Saber identificar y gestionar tus emociones
• Sueño y descanso suficientemente reparador
• Factores genéticos protectores (ahí si que es la lotería que te haya tocado)
• Tener trabajadas tu autoestima y tus heridas emocionales mínimamente
• Alimentación suficientemente rica en nutrientes
• Flexibilidad cognitiva y buenas habilidades comunicativas (sobre todo asertividad)
• Condición económica y social suficiente
• Rutinas que incluyan momentos de calma y descanso para tu mente
• Salud física que te permita tener calidad de vida
• Conocerte y tener una identidad definida
• Tener ciertos objetivos, ilusiones, intereses (vinculado al punto anterior)
• No consumir sustancias psicotrópicas si no es con prescripción médica
• Capacidad para pedir ayuda

En función de como estén cada una de estas áreas y de como puedas cuidarte en cada una de ellas tendrás más o menos probabilidades de acabar desarrollando sintomatología depresiva. Y como ves, puedes ser rico, guapo (según los cánones), tener un trabajo maravilloso… y tener depresión. Hay muchas más variables que contribuyen a tener depresión que “lo que vemos” de una persona o lo que le pasa externamente. Por tener una vida objetivamente más cómoda o envidiable a ojos de los demás, no estás exento de poder padecer depresión. De hecho, a veces justo por tener “una vida fácil o acomodada” puedes estar invalidando más tus emociones desagradables, llevar un ritmo de vida más frenético y exigente, descansar menos, no conocerte de verdad y sentirte lejos emocionalmente de tus apoyos más importantes. Y sí, esto lo digo por los famosos y/o ricos; que a veces parece que socialmente no se entiende que tenga depresión. Y es porque solo nos fijamos en que tienen el dinero como factor protector o como base de vida supuestamente más cómoda; pero olvidamos muchos otros factores de riesgo para padecer depresión y que también están presentes en su estilo de vida.

Si has llegado hasta aquí te pediría que trates de no decir nunca más la frase “No tiene motivos para estar deprimido” si se te ha escapado alguna vez o si la has pensado. Y que si escuchas a alguien decirla le puedas enviar con mucho cariño el enlace de este artículo para que todos entendamos que la salud mental va mucho más allá de lo observable y que no debemos opinar de aquello que no podemos saber.

Si alguien cercano a ti sufre de depresión apóyale y no dejes que tu mente racional entre a indagar como puede estar deprimido. A la mente le gusta mucho entrar en el porqué de las cosas, pero ya ves que en estos casos hay tantos elementos implicados que es imposible; y por tanto es super injusto cuestionar y juzgar. Y más en una situación de vulnerabilidad como es la de sufrir depresión.


Mucho ánimo si me lees y te encuentras en un episodio depresivo. Seguramente ya lo sabes, pero déjame decirte que cuanto antes pidas ayuda más fácil (y seguramente rápido) será salir de esto. Ojalá puedas pedir ayuda, tanto a tu entorno como a algún profesional. Si después de leer este artículo te apetece que sea yo o alguien de mi equipo quein te acompañe en esta etapa, puedes escribirme a través del formulario de contacto. Sea como sea, espero de corazón que este artículo te haya ayudado al menos a validar tu malestar y a identificar qué factores en tu caso están interfieron. Así quizás podrás empezar ya a trabajar poquito a poco en algunos de ellos. Mucho ánimo porque de la depresión se sale. No dejes que la propia sintomatología de desesperanza te convenza de lo contrario 🙏🏻

Deja una respuesta

Su dirección de correo no será publicada.

Silvia Pueo - Psicóloga y Humana
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.