Decidir no es fácil por una simple razón: decidir implica renunciar. Pero es que además, decidir implica poder equivocarnos. Nunca tenemos una seguridad del 100% sobre lo que va a conllevar nuestra decisión. Y esto nos asusta, nos da miedo. Y el miedo, nos bloquea, nos paraliza. Y la mente se dispara. Y empezamos a...
