Ser empática/o sin sufrir es posible

Ser empática/o sin sufrir es posible

Suelo escuchar muchos comentarios en contra de la empatía, algunos de ellos de mis pacientes. Las frases más repetidas, sin duda, son: “Soy demasiado empática/o” y “Ser empática/o me hace sufrir mucho”.  De ahí la idea de este blog, ojalá te sirva para aprender a ser empática/o sin que eso conlleve un sufrimiento propio.

¿Qué es exactamente la empatía?

Empatía es la capacidad que todos tenemos de poder comprender a nivel emocional qué está sintiendo otra persona. Todos nacemos con la capacidad de ser empáticos a no ser que haya algún tipo de alteración neurológica que pueda mediar en ello, como el autismo o la psicopatía. Y por supuesto, nuestro grado de empatía dependerá también de los estímulos y la educación recibida.

Implica reconocer cómo se siente el otro a través de preguntar y escuchar activamente. E implica también conectar con nuestra propia vulnerabilidad, ya que para conectar con el otro necesitamos primero conectar con partes nuestras que conocen esos sentimientos. Comprender la vida emocional de otra persona sin tener entendida y trabajada la nuestra propia puede ser difícil. Ser empática/o implica escuchar, conectar y acompañar.

¿Para qué sirve ser empática/o?

La empatía nos permite poder acercarnos al otro y que el otro se acerque a nosotros; por tanto fomenta la cohesión de grupo. Solo a través de la empatía podemos llegar a sentir compasión y por tanto, sentir las ganas de ayudar al otro/a. Gracias a que podemos ser empáticas/os, respetamos a las personas y nos es más fácil resolver posibles conflictos.

Otra gran contribución de la empatía es poder autoregularnos en función de la reacción que percibimos en el otro y también sentirnos más cerca de él/ella y por tanto más acompañados y comprendidos. Sin la empatía nuestras relaciones serían totalmente superficiales.

Tipos de empatía

Hay varias teorías y divisiones al respecto; en algunas se confunden a mi modo de ver los tipos con los componentes de la misma. En cualquier caso, os hago un resumen de los principales:

Cognitiva: es la capacidad de identificar como se siente el otro. Necesita de la Teoría de la mente y de nuestras habilidades metacognitivas. Además, obvio, de  nuestra memoria emocional.

Empatía emocional: es lo que más comúnmente se conoce como empatía. Se trata de sentir lo que el otro siente en primera persona. Según el grado, hablamos de fusión emocional con el otro.  

Empatía motora: hay autores que también hablan de este tipo de empatía. Y es un hecho que con las personas con las que más conectamos emocionalmente suele haber un mimetismo donde de forma inconsciente se copian los gestos de la otra persona. Este tipo de empatía se sustenta en las neuronas espejo y es algo muy frecuente en sesiones de terapia.

Hace pocos años, el psiquiatra J. L. González acuñó el término de ecpatía. Proviene del griego y literalmente significa: sentir fuera. Se trataría de una forma de ser empáticos donde somos capaces de separar lo que sentimos por el otro de forma que no se fusione con nuestro propio estado emocional. Esto es algo que en determinadas profesiones debemos ser capaz de hacer. Si nos fusionamos con el malestar del otro ni siquiera podremos ayudarle. Ser ecpáticos nos permites llegar a ser compasivos sin convertirnos en un contenedor emocional.

Y ahora os hablo a título más personal, yo no creo que se pueda dejar de sentir cuando alguien te cuenta su sufrimiento en terapia, pero sí creo que se puede separar en cierta manera sabiendo que lo que sientes no es tuyo y obvio, trabajando después en la gestión de esas emociones para que no te pesen a posteriori. Por eso los psicólogos necesitamos de mucho autocuidado y de supervisión constante.

Entonces, ¿cómo hago para ser ecpática? O lo que sería lo mismo, para ser empática sin sufrir?

Para empezar, entender el concepto de ecpatía y recordarnos que las emociones que se despiertan en nosotros no son nuestro propio sufrimiento ya ayuda. Y por otro lado, como ya he comentado al inicio de este artículo, es importante que estemos familiarizados con nuestras propias emociones y dispongamos de estrategias de autoregulación propias a nivel emocional.

➪ Te detallo a continuación, algunas ideas generales que ayudan a ser empática/o de una forma más adaptativa:

-Pregunta y muestra interés por el otro, deja que se exprese.

-Escucha y valida lo que el otro siente sin tratar de cambiarlo.

-No emitas juicios ni busques lo que está bien o mal, la flexibilidad ayuda a comprender y empatizar de una forma más fácil.

-Recuérdate que tu eres distinto a cualquier persona, puede que no entiendas porqué alguien ha tomado esa decisión o porqué se siente así. No necesitas entenderlo desde tu perspectiva para respetarlo.

-Conecta con tu cuerpo, tu posición corporal y el lenguaje no verbal para ayudarte a regular las emociones que se están despertando en ti al escucharle.

-Habla poco, desde el corazón y con mucho tacto.

-Mantente en el momento presente

-Si notas que te está costando regular tus propias emociones, haz una pausa. Puedes irte físicamente del espacio unos segundos, ir a lavarte la cara o simplemente concentrarte unos segundos en tu respiración.

-Ser empático/a implica que sepas identificar tus propios límites y necesidades. Si hoy no te sientes preparado para escuchar y empatizar, está bien que así sea.

-Empatizar implica mucho gasto energético y mental. Si algo te ha impactado a nivel emocional, tómate un tiempo a posteriori para regularte.

-Recuérdate que tu no eres responsable del malestar de otra persona ni es tu obligación ayudarle.

-Agradece a tu empatía poder conectar contigo y con el otro de una forma tan bonita y deja ir esas emociones, ventila lo que no te pertenece.

-Escribe acerca de como te has sentido tras una interacción con mucho malestar. Te ayudará a descargar, separar y entender.

-Y sobretodo recuerda: Ser empática/o no es un problema, es una habilidad que incluye aprender a gestionar emociones.

➪Y hasta aquí el blog de hoy. Espero te sirva no solo a nivel reflexivo, sino también para poner en práctica las ideas que más te hayan resonado. Feliz día.

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